16 de enero de 2011

 
El olfato es el sentido más importante y desarrollado del perro, que en comparación con el olfato humano, posee una amplia ventaja, ya que la mayoría de los perros son dueños de alrededor de unos 200 millones de receptores olfativos en las fosas nasales, y algunos casi llegan a los 300 millones, como el Bloodhound, entre los sabuesos; mientras que el hombre, tiene tan sólo cinco millones, es decir, que el perro tiene cuarenta veces más células olfativas que el hombre, además atesoran una amplia memoria olfativa. El olfato del perro alcanza un área de 150 centímetros cuadrados; en el hombre esa área es de 5 centímetros cuadrados.
Hay olores que ante el ser humano pasan desapercibidos, y sin embargo, ante el perro no sucede lo mismo. Los olores, ayudan a los perros a orientarse y comunicarse; a través de ellos pueden percibir el estado de ánimo de las personas. El olfato en los perros, es 10.000 veces más sensible que su gusto.
El perro logra reconocer objetos y personas, de forma precisa, por medio de su olfato, por ejemplo, si tiramos una pelota a gran distancia, y cae en una pileta llena de pelotas iguales, el perro logrará reconocer cuál es la pelota que arrojamos, guiándose por el resto de sudor que ha permanecido en ella, esto es prueba de su gran capacidad olfativa.
Esta gran cualidad olfativa, lleva a que los perros colaboren en búsquedas de gente; los San Bernardo, son muy conocidos por rescatar gente perdida en la nieve, por ejemplo; y también están los perros utilizados para ubicar gente, que por terremotos, u otros motivos que hayan causado el derrumbe de un edificio, ha quedado bajo los escombros. La policía posee perros, que los utiliza por las habilidades olfativas, para hallar drogas y otras sustancias consideradas prohibidas; las razas más aptas para esta tarea son el Labrador Retriever, el Springer Spaniel Inglés, el Cocker Spaniel Inglés, el Pastor Alemán y los perros de tipo sabueso, como el Beagle.



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